BLOG

Avanzamos contigo

Un lugar donde aprender

Entendiendo las necesidades de los niños: Conductas Adaptativas Evolutivas frente a conductas desadaptadas

¿Qué es una conducta desadaptativa?

A menudo muchos de los comportamientos que vemos en niños nos lleva a pensar que son desadaptativos, pero estas conductas, como puede ser desobediencia, oposición o desafiante forman parte de su desarrollo evolutivo normal. Así, los niños buscan su identidad y su propio espacio. Pero es importante saber diferenciar cuando estamos ante una conducta desadaptativa o, por el contrario, frente a una conducta normal dentro del desarrollo evolutivo.

Teniendo en cuenta el contexto social del niño, ya que cada sociedad elabora sus propias normas, podemos llamar conducta desadaptativa a aquel comportamiento que impide por exceso o defecto la adaptación al medio y a los demás, no respetando las reglas ni conductas de terceros, provocando ansiedad y un sentimiento de amenaza para quien lo observa.

Detrás de estos comportamientos puede estar obtener algo que quieren o librarse de algo que no quieren hacer, de esta forma el niño elimina o mitiga esas emociones que esta experimentando como puede ser apatía, aburrimiento, tristeza o enfado, entre otras. Si se mantienen o prolongan estos comportamientos como respuesta a las emociones, éstas no se eliminarán y además supondrá un importante desgaste tanto para el niño como para padres y educadores. Los niños se sentirán al margen o incomprendidos tanto por sus iguales como por los adultos de su entorno, aumentando así los conflictos con su ambiente familiar.

No podemos olvidar que estos comportamientos son motivados por la incapacidad del niño a expresar sus emociones, a manejar o resolver situaciones que le produzcan estrés, al fracaso en las relaciones sociales. Por ello es importante determinar la causa o motivación de estas conductas que al final provocan tanto sufrimiento. En estos casos es esencial recurrir a la ayuda profesional, descubrir que le está ocurriendo al niño, y estudiar cómo responden los padres a estas conductas. Los niños recrean las conductas que aprenden o ven en su hogar, por ello aconsejamos no sobreproteger al niño, no recurrir a los gritos ni al castigo físico, intentar escucharlo, dedicarle tiempo, y ayudar a que identifiquen y ordenen sus emociones.

Una detección precoz seguida de una intervención temprana dirigida por un equipo profesional interdisciplinar puede ahorrar muchos disgustos y conflictos futuros, y a su vez mejorar la calidad de vida tanto del niño, como del propio entorno familiar.

Ana Montoya Roldán