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La Superdotación, un estado mental que se puede confundir con un trastorno neurótico

Las personas en general, especialmente los niños o adolescentes con altas capacidades no reconocidas, no evaluadas, ni atendidas, se suelen confundir a veces con rasgos Obsesivos-Compulsivos, generados en la búsqueda de un estado de tranquilidad y autorrealización personal.

Estos niños pueden presentar una sobreexcitabilidad emocional (SE) muy alta, demuestran emociones intensas, de difícil autogestión que lo llevan a realizar conductas desproporcionadas o inadaptadas, en búsqueda de un estado emocional óptimo, de calma, cuando no tienen otros recursos de afrontamiento. Este tipo de comportamiento, junto con la alta agitación emocional que presenta, se suelen confundir con las típicas compulsiones de un trastorno Obsesivo Compulsivo. Cuando en realidad son comportamientos adaptados, incluso evolutivos para frenar un nivel de sobreexcitación emocional. Máxime, si le añadimos un contexto de inadaptación personal, estas conductas aumentarían.

Los niños con esta SE, tienen la capacidad de llegar a una profundidad emocional impropia de su edad, de tal manera que no la pueden gestionar, desarrollando por tanto, fuertes apegos a la gente, lugares y cosas, teniendo reacciones muy exageradas, violentas o melodramáticas cuando no pueden gestionar o se alejan de ellas. Esas emociones que parecen desproporcionadas, ellos las viven con una intensidad real, no las sienten exageradas, todo lo contrario, las ven normalizadas. Un grano de arena, se convierte en una montaña. Igualmente presentan una alta preocupación por los demás, por el enfado de un amigo, por el sufrimiento de un animal, por el estado emocional de sus padres, por la muerte de alguno de ellos. Todo esto les pueden llevar a un estado de ansiedad, y malestar alto, hiper/hipoactivación, insomnio, miedos nocturnos… que pueden alterar su funcionamiento diario, personal y académico.

Estos niños con alta sensibilidad emocional, suelen tener dificultad para adaptarse al cambio, nuevas situaciones o entornos desconocidos, suelen tener dificultades en las relaciones sociales (retraimiento, desconexión, agresión) o por el contrario generar mucha empatía por los demás, pero rechazo hacia ellos mismos. Son muy autocríticos, baja autoestima y fuerte sentido de la responsabilidad, justicia, responsabilidad, lo que puede generar igualmente ansiedad, culpa, sensación de fracaso, frustración…

La depresión o tristeza que suele presentar esta SE, gira entorno, al existencialismo, al sentido de la vida (la muerte está muy presente en ellos), la pobreza, la enfermedad… llevándoles a intentar buscar soluciones a su malestar, necesitan aclarar sus dudas, para sentirse tranquilos.

Por tanto, todos estos estados mentales, emocionales y conductuales que presentan, desencadenados por alta capacidad o superdotación, suelen confundirse con patologías que comparten ciertos parecidos sintomatológicos como el TOC, TDAH, Ansiedad Generalizada, Depresión …..

Por tanto, lo ideal en estos casos, es encontrar un diagnóstico diferencial claro, adecuado, evaluar las capacidades del niño, y tener presente este estado antes de iniciar una intervención, o generar etiquetas inadecuadas.

Estos errores en el diagnóstico, pueden conllevar un tratamiento no adaptado a las necesidades, tanto farmacológico como psicológico que puede generar un agravamiento en la sintomatología y un empeoramiento en la persona. Un ejemplo, es cuando un estado de dificultad en la concentración por hiperactivación, debido a un estado de sensibilidad emocional alta, depresión, sentimientos de soledad, se le diagnostica de TDAH, y se aplica un fármaco (Metilfenidato), que son estimulantes, y en lugar de aliviar la sintomatología, provoca mayor malestar emocional, más activación cognitiva y un agravamiento.

No olvidemos que estos niños experimentan un alto sufrimiento diario, aislamiento, soledad, incomprensión, fracasos académicos, dificultades en las relaciones sociales y familiares por la intensidad con la que viven los acontecimientos. Presentan pocas actitudes de afrontamiento, de ahí que necesiten de ayuda externa para su regulación emocional, que de no existir, o no estar disponible, son personas susceptibles de generar patología psíquica.

NO SOY TODO LO QUE VES…

                                              PERO TAMPOCO VES TODO LO QUE SOY

Encarnación Cabrera Molina